Cuando la piratería no tiene límites

"Perú, qué difícil es quererte" es una frase que ha calado entre los cibernautas. No solo llama la atención por su intencionalidad sino por la originalidad que Roy Justo le dio a su weblog al momento de elaborarlo para el curso de Periodismo Digital en la PUCP.
Roy ha logrado posicionarse en la blogósfera peruana gracias a su pluma y al tema que eligió para desarrollarlo en el curso. No voy hablar sobre la página (en realidad es mejor que la vean haciendo clic aquí) pero sí de la cadena de reacciones que ha desatado.
Lo positivo es que Roy aparecía en la blogósfera como uno de los blogs recomendados. La pluma, la sensibilidad y el toque que Roy le daba a sus notas lo convirtieron en uno de los más leídos. Roy escribe como un verdadero cronista y creo que ese será su destino, pero lo negativo de todo esto es que un oscuro tabloide como La Razón reprodujo sus artículos en su página central (con fotografías incluidas) sin solicitar autorización de su autor.
Quizás creyeron que por ser el sitio de un estudiante de Periodismo podían hacer lo que les venía en gana sin que nadie proteste, pero se equivocan. Roy fue alumno de mi curso y obviamente el tema lo hemos conversado porque aquí está en juego la ética, la propiedad intelectual y su imagen como futuro periodista.
"Son unos delincuentes y no vale la pena reclamar" fue lo primero que me dijo un colega de la especialidad cuando le comenté el caso en la Facultad, pero igual no puedo ocultar el malestar.
Roy me ha asegurado que iba a enviarles una carta, pero dudo que la publiquen.
Solo resta esperar que los "periodistas" de La Razón no siga pasándose de vivos al tomar artículos de nuestros estudiantes. Roy Justo no ha recibido ni las gracias por el uso de su artículo y con mucha razón dice que tampoco le hubiera gustado escribir para ese tabloide.
La Razón fue uno de los diarios (convictos y confesos por boca de sus periodistas y de su propio propietario) que alquiló sus portadas y titulares al gran estratega de los medios en la década pasada, Vladimiro Montesinos. Hoy dicen ser diferentes pero igual arrastran una serie de taras y debilidades que delatan su tendencia y sobre todo la forma como "elaboran" su edición diaria.