Recuerdan cuando años atrás uno recibía con sorpresa y gracia declaraciones de amor por e-mail o insultos de un compañero a otro. A comienzos del año 2000 era común leer mensajes privados que por error del remitente terminaban siendo públicos ante todos los usuarios en una empresa.
Los intentos de recuperación de dicho mensaje no siempre resultaban fructíferos.Algo similar ocurre hoy con los mensajes generados en Twitter. Sin embargo, la instantaneidad bloquea curiosamente toda opción de borrado o recuperación del mensaje. Los usuarios pescan el mensaje, lo replican y hasta lo exponen sin contemplaciones. Y esto porque Twitter prácticamente nos convierte en un pequeño medio de comunicación con un alcance insospechado.
La responsabilidad del emisor aumenta más cuando uno está detrás de una computadora generando o administrando contenidos en representación de una empresa, producto, servicio, marca, persona, entre otros. Allí el tema de generar contenidos puede resultar complejo y riesgoso ante una comunidad ávida de mensajes.Con plataformas como YouTube, Flickr o Facebook el tema puede resultar manejable porque los seguidores no generan respuestas tan inmediatas como ocurre con Twitter. Los administradores de contenidos en redes sociales (prefiero emplear este término antes que el neologismo Community Manager) deben ser muy cuidadosos para evitar confusiones como las que periódicamente se detectan en este ecosistema. Los errores suelen surgir por generación de mensaje en cuenta personal alterna que administra simultáneamente. Por ello vale la pena compartir algunas recomendaciones.
1.- Navegadores web. Considera tener más de dos navegadores web para poder separar temas laborales de asuntos personales. De esta forma evitarás que el login y password de una cuenta se active automáticamente en un espacio no deseado. Los más recomendables son Google Chrome, Internet Explorer, Firefox, Opera y Safari. Uno puede servirte para lectura de información, otro para tus cuentas personales en redes sociales, un tercero para manejar cuentas en redes similares pero de tus clientes y el último para acciones lúdicas.
2.- Evita integración de cuentas. Trata de emplear una plataforma por cliente. Casi todas las aplicaciones para Twitter ofrecen la opción de integrar cuentas. Sin embargo, la fusión puede crear confusión en la emisión de mensajes. Por ello lo mejor es tener cuentas separadas (por plataforma y por cliente).
3.- Desktop vs Online. Aplicaciones con instaladores (desktop) son ideales para generar mensajes en cuentas personales. Versiones online como HootSuite son ideales para cuentas laborales. Incluso facilitan la programación de mensajes. Pero no debemos caer en la tentación de fusionar cuentas.
4.- Habla con tu jefe. Si generaste un mensaje erróneo y eres objeto de burlas y críticas por el mismo, dialoga de inmediato con tu jefe y hazle ver cómo funcionan las plataformas en la red. De paso aprovecha en mostrarle las estadísticas. Ellos no siempre entienden estas cosas, pero si te escuchan lo entenderán.
5.- Sinceridad. Lanza de inmediato un tweet reconociendo el error. Sé sincero en la explicación. Los twitteros lo entenderán, aunque -como siempre ocurre- habrán otros que buscarán el escarnio público (incluso rastrearán el timeline de la cuenta).
6.- Puesto apetecible. Recuerda que tu rol en la generación de contenidos multimedia (en representación de una empresa) es pionero, vital y muy apetecible.
7.- Evita las provocaciones. Los insultos y burlas de los seguidores suelen ser comunes cuando laboras para una empresa con presencia en la red. Y no siempre los mensajes van contra la empresa para la que trabajas sino contra la persona que administra la cuenta. La cortesía no debe ceder, debe ser constante.
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